Hace un par de años me hubiera muerto literalmente si no podía conseguir un vestido de mi wish list. O simplemente tener que vender algo de mi armario por cualquier razón. Hace un par de años no me perdía una novedad o no dudaba en quemar la visa para reservar tan ansiado vestido que iba a salir dentro de tres meses de BABY. Vestidos que cuando llegaban a casa, me lo probaba
y realmente no me decían absolutamente nada o preferiría que fuera de otro color.
Me pasó con el Alice Clock de BABY, me chiflaba en foto y me parecía absolutamente precioso, me dije: lo quiero, como sea. Al cabo de poco tiempo, estaba en mis manos, reluciente y precioso. ¿Sabéis cuantas veces lo usé? Tristemente sólo salió de mi armario en dos ocasiones, junto a un totebag porque realmente no me cabía nada, ni tan siquiera el móvil y la cartera juntos. La poca funcionalidad hizo que lo desterrara en el fondo del armario. Claro que habrá gente que lo podrá usar porque les gusta como función decorativo o tiene un estilo más recargado, pero sin duda, a mi no me gusta llevar cosas por "decorar". Así que hace un mes, lo vendí a una chica que llevaba años buscándolo. En vez de apenarme como pensé en un principio, pues fue el sentimiento que más tuve cuando hice mi primer mega venta de ropa lolita, me sentí aliviada, me sentí contenta y me sentí poderosa: había podido controlar mis sentimientos por mi misma y no por una "supuesta" necesidad. Me sorprendió tanto mi positivismo que necesitaba compartirlo de alguna forma, porque al fin había conseguido aplicar la teoría de que
nada material es imprescindible en esta vida.
Mi experiencia me dice que compres, si puedes,
aquello que te haga palpitar y sentir emociones, aquello que sepas que realmente lo vas a usar y lo vas a disfrutar. ¿Porque? Porque la compra compulsiva puede llegar a ser una enfermedad y a no ser que seas un magnate, el lolita puede llegar a ser un capricho caro. La necesidad de querer más y más, sin fin, es un problema que puede ser grave y perjudicar no solo a ti mismo, sino al entorno que te rodea. Puede llegar a cambiar tu persona, engañar a los tuyos. Por suerte nunca llegué a un extremo, pues económicamente nunca me he podido quejar, pero si llegó el momento en que cada vez que apretaba el botón "Confirmación de la venta" me sentía vacía y soy demasiado romántica para que mis actos mundanos y cotidianos me hagan sentirme vacía.
Necesito la sensación permanente de mariposas en el estómago revoloteando porque estoy ilusionada, como una niña con zapatos nuevos.

Con la asociación y las redes sociales, hablo con muchas petite lolitas que recién comienzan en el lolita y tienen la necesidad de comprar, yo lo entiendo porque yo también lo sentí. Con los años, he visto muchas personas cometer reales atrocidades para conseguir un vestido, enganchados a la compra o pelearse con tus amigos por ello. También, por mala suerte, he tenido que sentir en mis propias carnes la envidia de gente supuestamente cercana a ti por poder comprar y ellos no. Nunca me hubiera imaginado que el poder pudiera llegar a tal alcance, es tan triste como macabro. Por eso aconsejo a todas aquellas "novatas" (dios, odio esta palabra) a valorar lo que desean, los básicos y que no es necesario gastarse 400€ en un outfit (en el caso de que tu economía es limitada) cuando tienes muchas más opciones, incluso el tratar de hacer algo con nuestras propias manos. Se nos ha dotado de unas maravillosas herramientas que pueden crear, llamado "manos" y eso es extraordinario. Las cosas, poco a poco, el tiempo es paciente y la felicidad no se consigue en dos días.
¿Sabéis que? Realmente no lo necesitamos, no necesitamos tener el último modelo de Angelic Pretty, tener ese vestido tan caro de Victorian Maiden, ni nada es efímero en nuestra vida. Las rosas marchitan, las personas cambian. Aprecia esos momentos que vives con los tuyos, las experiencias y las charlas que podéis compartir:
desnuda tu alma porque no hay nada más hermoso que un corazón transparente.
¿Se ha vuelto mi corazón frío como el témpano ante el lolita? No, se llama madurez, se llama el fin de la necesidad material. Comprar a conciencia. Estoy contenta conmigo misma, mejorar es importante ¿no es así?
#dramasexistencialesdellolita
P.D: No estoy queriendo decir con este mensaje que dejemos de comprar o no tengas que fijarte en la novedad de las marcas (que en el mundo de las dramaqueens cualquier frase es buena para malinterpretar y lanzar dardos venenosos). Estoy hablando de una necesidad enfermiza a lo material, que es lo que realmente NO deberíamos tener. Yo seguiré invirtiendo en piezas lolitas que me hacen sentirme feliz.